Con la llegada del frío los humedales manchegos se convierten en el lugar de estancia de las grullas, que procedentes del norte de Europa eligen nuestra tierra para pasar el invierno.
Todos los días en estas fechas de finales de Octubre vemos pasan grandes bandadas por delante de nuestras cabezas y nuestras casas, delatándose con el ruido de sus graznidos, camino de nuestro cercano parque nacional de Cabañeros. La grulla común llega de Suecia, Rusia, Polonia, Alemania, Finlandia y Noruega buscando temperaturas más cálidas y el alimento que les proporciona nuestros encinares, barbechos y los campos de maizales, donde abundan las bellotas, los bulbos, las semillas, los brotes, los invertebrados, o los restos del maíz que ha sido cosechado.
Todo un espectáculo