Una de las excursiones que puedes hacer en los Montes de Toledo es la visita al Castillo de Montalbán, fortaleza templaria del siglo XIII.

Se llega por la carretera regional CM-4009 desde San Martín de Montalbán y a unos 5 kilómetros tomando un cruce a la izquierda y por un camino de tierra se llega a una cadena donde se aparca el coche. Tras un recorrido de unos 15 a 20 minutos a pie, divisamos el espectacular castillo, una de las fortalezas templarias más antiguas situadas en la orilla izquierda del Tajo, erigido durante la Reconquista como punto de defensa de dicho margen del río, reformando y ampliando de un castillo árabe que allí existía, y que tal vez fuera abandonado tras la reconquista de Toledo.
Acotado por el norte y noroeste por el tajo del río Torcón, el cual tiene 100 metros de profundidad, además de la disposición de dos torrenteras una por el Oeste y otra por el Este que lo defiende en ambos flancos, quedando un espacio de aproximadamente 15.000 metros cuadrados bordeado por murallas almenadas y torres cuadrangulares, hace del posicionamiento de este enigmático castillo un lugar tremendamente fuerte.
La parte sur de la fachada dirige a un terreno llano donde se concentraban todas las defensas posibles, por un lado con un acnho foso que unía las torrenteras, seguido de un torreón semicircular bajo que hacía el papel de coracha. A través de ella y por tres puertas y una poterna, se llega al espacioso camino de ronda que rodea casi la mitad del edificio principal.
El acceso al interior del castillo se realiza por dos puertas protegidas por enormes torres albarranas de planta pentagonal, con esbeltos arcos apuntados de más de 10 metros de altura en la clave, y tres postigos muy disimulados construidas con mampostería y ángulos de sillares que conservan numerosas inscripciones lapidarias, entre ellas una estrella de cinco puntas. Ambas torres albarranas están suspendidas sobre el camino de ronda, y aunque son similares, la de la izquierda es maciza, mientras que la de la derecha, en mejor estado de conservación, alberga salas con habitaciones. Esta última posee saeteras y cuatro matacanes de ladrillo, y se halla unida a la torre mayor, en el interior del recinto, que también poseyó matacanes. A ambas torres se sube por una escalera detrás de la muralla, de la que se han restaurado sus tramos iniciales.
El interior se conserva completo, hay dos cisternas subterráneos de gran capacidad. La parte que da al precipicio es más débil, ya que está protegida por éste, y fue construida en algunos de sus tramos con tapial, por lo que se ha perdido el coronamiento.
A pesar que El Castillo de Montalbán se encuentra en estado de ruina progresiva, es una de las excursiones que mas te asombrarán.